martes, 26 de octubre de 2010

Preámbulo de una proposición.

Había olvidado la sensación del sol.

La gente gris baila al unisonó el vals de la maquinaria. Y el titiritero de las manecillas sigue realizando su acto…

Algunos continúan, otros se detienen como alguien que ha despertado de una pesadilla… A veces ríen, a veces lloran… Y solo se quejan, o solo se lamentan, o incluso les causa gracia. No hacen nada. Se ocultan tras la razón, tras los sentimientos, tras las reglas, tras el “bien y el mal”… Tan infantil que mezcla con matiz perfecto entre la ternura y lo patético.

 La gente gris baila al unisonó el vals de la maquinaria. Y el titiritero de las manecillas sigue realizando su acto…

Algunos, de vez en cuando, aparecen con el toque de demencia adecuado, otros con la altanera elocuencia que algo podría aportar… Otros solo aparecen con el golpe de suerte que significa encontrar una buena y original respuesta, por muy esquizoide que parezca ante el juicio gris. Debaten, hablan y dejan entrever… Se vuelve interesante, pero no hay planes perfectos. Algo ha de salir mal o simplemente gatillara aburrimiento. Imposible contener la risa. Suele ser una mala broma.

La gente gris baila al unisonó el vals de la maquinaria. Y el titiritero de las manecillas sigue realizando su acto…

Ha de leerse como las palabras de un sabio, más digo, es todo lo contrario… La relatividad se ha vuelto tan relativa que casi no existe y las leyes son tan corruptas que ni en la física podríamos confiar, te descuidas y dejas de ser planeta. He descubierto que el sabio se muere o cae en la arrogancia, el cuerdo cae en el narcótico de su funcionalidad y el experto simplemente falla ante su propia práctica sin teoría o su teoría sin práctica. No he de volverme loco, ni he de ser ignorante, no he de volverme sabio ni mucho menos un orador perfectamente elocuente. Si te soy sincero, no tengo idea de quién soy, hipótesis tengo varias, pero tampoco estoy muy interesado en compartirlas.

La gente gris ha dejado de bailar al unisonó el vals de la maquinaria. Y el titiritero de las manecillas ha finalizado su acto…

¿Quisieras bailar esta última pieza conmigo?


lunes, 18 de octubre de 2010

Carta de Renuncia.

Ahora lo entiendo… Solo tenía que renunciar al mundo…

A final de cuentas, es él o yo… Y aunque creo que necesito ambas opciones…
En estos momentos ambas son incompatibles entre sí.

Me hubiese gustado que en lo que creía fuese realidad… Pero es tiempo de aceptarlo, busque encontrarlo, busque inventarlo, busque crearlo… Simplemente, no existe.

No ha sido una mala relación, sería injusto de mi parte solo quejarme. El mundo me entrego cosas buenas, muy valiosas, tesoros invaluables para mí… Sin embargo, mi propia ambición me traiciona hoy, con motivo de ponerme en esta encrucijada.

Que las despedidas se hagan saber en los terrenos que aguardan un regreso…
Porque hoy simplemente lo entiendo todo… Solo tenía que renunciar al mundo.


jueves, 14 de octubre de 2010

Archer.

My body is made of swords.
Iron is my blood, and glass is my heart.
I have overcome countless battlefields undefeated,
Without once retreating,
Nor once being understood.
Always alone, intoxicated with victory on the hill of swords.
Therefore, there is no meaning to that life.
Perhaps this body is nothing but a sword itself.
 

I am the bone of my sword.
Steel is my body, and fire is my blood.
I have created over a thousand blades.
Unknown to death.
Nor known to life.
Have withstood pain to create many weapons.
Yet, those hands will never hold anything.
So as I pray, 'Unlimited Blade Works'.


(Extracto: "Fate/Stay Night").

domingo, 10 de octubre de 2010

Un Caos.

Previo al mismo principio se encuentra la solemne voluntad de creación.
El manto de la duda se disipa con la existencia del orden imperante que produce el tibio abrazo del caos vigente… Y no encuentro tranquilidad dentro de tanta paz, ni batalla dentro de tanta guerra…
Se voltean los puntos cardinales confundiendo las caricias con las garras y colmillos, agradable olor tintura sangre lleno de fracturas insípidas de mordiscos apasionados al cuello de la dama seguridad.
Lo que deseo es destruirte con amor y construirte desde la indiferencia.
No más palabras…
No más palabras…
No más palabras…
No más palabras…
No más palabras…
No más palabras…
No más palabras…
No más palabras…
No mas palabras…
No más palabras…
Y el silencio me grita al oído… BASTA YA!
Y las palabras se convierten en una sucesión de letras mudas impronunciables a los necios buscadores de realidad, y entregan marcas de pintura color sonido oloroso lleno de toda la nada que podría tener un algo.
Y por fin llegamos a un punto en común.
Si señores y señoras, esto es un caos. No es EL caos… Solo uno más. Un caos.


martes, 5 de octubre de 2010

Misteriosa Muñeca.

Hoy volví a ver tus ojos…

Penetrantes hechizos de olvido, pozos olvidados por la misericordia, veneno que atrae a su víctima y que lentamente la carcome… Basta un mínimo susurro de tu gélido aliento para detener el tiempo que transcurre sin piedad entre las venas de tu espectador.

Como todo atardecer, el baúl que te guarda se abrió… Imposible resumir el suspenso que provoca el esperar por tu presencia.

Tu curiosidad e interés por el mundo que te rodea es inspirante musa, tu desplante al dialogar único, tu sinceridad y honestidad la firma de tu existencia… Tu motor insensibilizado por las heridas del pasado, te dan un brillo y textura que se vuelve encanto, y solo los ojos del instinto pueden percibir.

Tu tranquilidad es el firme y frio cristal que envuelve la tormenta dentro de tu corazón.

Compartes tu ser con quien evoca a tu alma, expandes tus dominios al punto de no conocer tus propios límites… Pero lo que limita tu expansión no es más que tu propio ser, tus represiones y tus temores, tus dolores y sufrimientos…

Tu miedo a ser quien eres… Tu miedo a salir lastimada una vez más.

Como cada amanecer, comienzan las despedidas y quedas sola fantaseando en lo que podría ser si decidieras dar un paso… El baúl que te guarda te espera, las ilusiones de quienes te admiran se disipan como la aurora al ascender hasta el sol.

Duerme dulce muñeca, que el día de mañana podría traer al héroe por el que tanto esperas… O podría ser el día en que las dudas se alejan y te atrevas a dar un paso más hacia tu tan esquiva humanidad.
 
 

domingo, 3 de octubre de 2010

"Ella" (Historia de una ausencia).

Mirando las opacas luces del alumbrado público, camina silencioso y temeroso. Por cada paso que da, voltea para ver si alguien lo sigue…
Él lo intuye… Ella se esconde entre las sombras.
Con sus temblorosas manos encuentra en el sucio bolsillo de la discordia las píldoras que robo en la consulta… Serian la novena y decima del día de hoy. El aliento se disipa con los quiméricos hedores de la fauna nocturna, los latidos se camuflan con los ladridos de los vividores y el brillo de sus ojos queda tenue ante el resplandor del neón…
Él lo presiente… Ella está cerca.
No hay refugios que lo puedan contener, no hay persona que lo pueda ayudar, la sangre comienza a nublar la vista, el sudor se vuelve frio y el caminar pesado al punto de casi no avanzar…
Él lo recuerda… Ella sabe cómo encontrarlo.
Sin motivación, sin esperanzas… Solo se desploma en el asfalto, logrando arrastrarse hasta un oscuro callejón. Los recuerdos inundan su mente, los pensamientos viajan como ases de luz, el miedo detiene las hemorragias de su piel y el dolor de su alma evita la más mínima consciencia de su cuerpo.
Él lo sabe… Ella está ahí… Frente a él.
Libre de la tensión de un temor injustificado, puede ver todo claramente… Suspira, y sonríe de forma nerviosa…
Ella… Su amiga... Su amante... Su protegida... Su inspiración.
Él conocía bien los riesgos… Ella era su perdición.
 
 
 

sábado, 2 de octubre de 2010

La Renga - Triste cancion de amor

Ella existió solo en un sueño...
Y él es el poema que el poeta nunca escribió...

Y en la eternidad los dos, unieron sus almas para darle vida a esta triste canción de amor.

Él es como el mar...
Y ella como la luna...
Y en las noches de luna llena hacen el amor.
Y en la eternidad los dos, unieron sus almas para darle vida a esta triste canción de amor.

Él es como un dios...
Y ella como una virgen...
Y los dioses les enseñaron a pecar.
Y en la eternidad los dos, unieron sus almas para darle vida a esta triste canción de amor.

Ella existió solo en un sueño...
Y él es el poema que el poeta nunca escribió...
Y en la eternidad los dos, unieron sus almas para darle vida a esta triste canción de amor.

viernes, 1 de octubre de 2010

Bienvenido a Chignahumictlan.

Frente a mí, un largo camino… Eterno y silencioso… Me daba la bienvenida con un jardín de flores moradas.

Llevo cuatro días caminando, mi sangre se seca, mi carne comienza a doblegarse. Desde una colina lo veo. Parece un rio, uno caudaloso. Se acerca a mi algo similar a un perro, el cual me lleva hasta una balsa de madera. Al despedirse me comenta que lo van a sacrificar. “No es un destino tan cruel” son sus últimas palabras… Con la distancia, su silueta desaparece. Logro atravesar al Apanoayan.

Tras la orilla del rio se imponen ante mí, dos gigantescas hermanas, montañas de solida roca, las cuales se mueven y cada cierto tiempo chocan entre sí. Algo me dice que no permitirán que mi paso sea fácil. Y tengo razón. Muelen mis músculos y rasgan mis vestimentas al intentar pasar. Siento el frio en mi cuerpo, siento el dolor, me siento desnudo. Mientras llego a Itzehecayan. Sus caricias son como navajas vírgenes. Sentí que no saldría completo de aquellos paramos, sentí que sería la última vez que vería mi cuerpo integro y unido entre sí.

Y mientras caminaba mas allá de los páramos donde los vientos cortan y desgarran la piel. .. Ahí la encontré. Su sonrisa era la razón de mi vida, sus ojos la luz de mi pasión. No me di cuenta que solo había tomado el rostro de quien tanto amaba, su forma se revelaba ante mi, aquel gigantesco tigre solo sonreia... No me di cuenta que al acercarme, ya había devorado mi corazón... Vivía mi propio Teocoylehualoyan.

En ese momento lo entendí todo. Mientras mis pies lloraban de dolor, mientras los cortes de mi cuerpo me desangraban, mientras mi alma agonizaba… Por la falta de mi corazón. Saliendo del estrecho camino entre piedras, llegue al final del camino. Ahí los vi, uno me miraba con respeto, el otro me miraba con compasión. Mis jueces estaban frente a mí, sus ojos contenían la vida de mis antepasados, y a su vez los antepasados de mis antepasados. “Bienvenido a Chignahumictlan” me dijeron al unisonó, mientras me mostraban la entrada al núcleo generador de vida. El noveno lugar de los muertos parecía mucho más acogedor que el resto del camino.

Tome aire una última vez. Recordé a mi familia y amigos… Y les envié con los cielos mis cariños y respetos. Recordé a mi mujer y a mi hijo, les envié mi protección con una estrella del alba, les envié mi amor con la belleza de la luna y la luz del sol. Doy un paso adelante y me entrego a los brazos de lo que es superior a mí ser.

Soy todo y parte del todo. Soy alma del alma.