Previo al mismo principio se encuentra la solemne voluntad de creación.
El manto de la duda se disipa con la existencia del orden imperante que produce el tibio abrazo del caos vigente… Y no encuentro tranquilidad dentro de tanta paz, ni batalla dentro de tanta guerra…
Se voltean los puntos cardinales confundiendo las caricias con las garras y colmillos, agradable olor tintura sangre lleno de fracturas insípidas de mordiscos apasionados al cuello de la dama seguridad.
Lo que deseo es destruirte con amor y construirte desde la indiferencia.
No más palabras…
No más palabras…
No más palabras…
No más palabras…
No más palabras…
No más palabras…
No más palabras…
No más palabras…
No mas palabras…
No más palabras…
Y el silencio me grita al oído… BASTA YA!
Y las palabras se convierten en una sucesión de letras mudas impronunciables a los necios buscadores de realidad, y entregan marcas de pintura color sonido oloroso lleno de toda la nada que podría tener un algo.
Y por fin llegamos a un punto en común.
Si señores y señoras, esto es un caos. No es EL caos… Solo uno más. Un caos.
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