martes, 21 de septiembre de 2010

Recuerdos en una calle vacia.

Y vuelvo a encontrar la misma esquina…
Han pasado un par de horas, no recuerdo porque comencé a caminar…

Supongo no tengo nada mejor que hacer.

Aquel faro parece triste, esta con sus hombros encogidos, pareciera que comenzara llorar… Si me acerco pensara que tengo lastima de el…
Con mis manos en los bolsillos vuelvo a caminar.

La luna se ve hermosa esta noche… Me recuerda a tu rostro…

Pálido y resplandeciente a la vez…
Tan preciado como el fino diamante… Tan inalcanzable como el mismo Dios.
Nunca ha sido fácil recordarte… Para que hablar de olvidarte…

Continúo caminando.

Hace algo de frió, creo recordar que hace unos minutos llovió. Eso explicaría porque camino solo por estas calles. El afortunado cigarrillo en mi bolsillo izquierdo ha ganado el derecho de consumar su vida.

Me detengo para capturar su aroma… El prenderlo solía ser lo mejor.

A lo lejos escucho unas campanas… Parecen despedir a alguien.
Nunca se me hizo fácil despedirme de alguien… Sentía que no tendría las palabras correctas.

Mirando una pequeña estrella, con una mano en un bolsillo y una acercando el debilitado cigarrillo a mi boca… Vuelvo a caminar.

Siento el viento correr por mi cara… Juraría que trae un llanto a mis oídos.

Me hace recordar que tus lágrimas destrozaban mi corazón… Daría mi vida por ver tu sonrisa elevada hasta el mismísimo firmamento… ¿Por qué viene este recuerdo a mi mente en estos momentos?... Podría jurar que aquel lamento que susurra el viento se parece mucho a tu voz.

Escucho una melodía… Es una cajita musical.

Me prometiste que el día que dejara este mundo, me regalarías aquella cajita que guardabas como si fuera tu alma… Como si fuera tu corazón…
Nunca olvidare tu rostro el día en que te la regale…
Supe que eras feliz… Supe que al verte, yo era feliz.

Y vuelvo a encontrar la misma esquina…
Han pasado un par de horas, no recuerdo porque comencé a caminar…

Supongo no tengo nada mejor que hacer.



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