El Quita Pena.
Llevo horas sentado contigo, y con suerte me miras a los ojos…
No he escuchado respuesta alguna, ni la más escueta de las palabras.
Tu cuerpo moreno, con labios color sangre, y tu aroma a fruta siempre me han engatusado…
Aun así no estoy aquí para ser seducido… estoy aquí buscando una respuesta.
Se bien que tu fidelidad no me pertenece, pero me conformo con disfrutar cada sorbo que robo de tu cuerpo. De cierta forma, sabes que no puedo vivir sin ti.
Y aquí estoy… Sentado, triste, viejo y cansado… Esperando por ti.
Para que alivies el dolor que consume mi alma, para que me hagas olvidar mis pecados más crudos, para que me hagas sentir el placer de caer al abismo y escupirle a la muerte…
Y aquí estoy… Sentado una vez mas en el “Quita Pena”…
Con mi ultimo aliento de lucidez, deduciendo que por mas que busque o espere…
En el fondo de mi vaso, no encontrare respuesta… Mucho menos solución.
En silencio.
Por más que oculte mí enmascarado dolor… Siempre sale a flote de alguna forma.
Silenciados gritos del corazón que son callados una vez más…
Historia que se repite, sin necesidad de ser contada.
Heridas que no sangran, cicatrices sin marcas…
Un noble espíritu saboteado por su propia cobardía, estupidez e insatisfacción.
Lagrimas invisibles que solo acarician la piel…
Sentimiento invalidado por los fantasmas que desgarran al agonizante corazón.
Si el tiempo detuviese su paso y quisiera volver atrás… Cometería los mismos errores…
La debilidad de mi alma no cedería ante tan seductora oscuridad…
Que no me permite mirar tus ojos… Entregarles aquella liberadora verdad.
Sentado nuevamente desde la ventana que proyecta las sombras del ayer y la luz del mañana…
Acaricio mis alas cansadas de volar millas y millas buscando respuesta en mi interior…
Hermoso ángel digno de mi alabanza… Deseo verte sonreír y brillar…
Aunque el infierno consuma mi ultima gota de alegría…O mi ultima gota de dolor…
Por siempre… Para siempre.
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