martes, 21 de septiembre de 2010

Relatos Re-Leidos I

Cautivo.

Más allá de la estupidez o la ceguera…
Es la incapacidad de distinguir entre lo posible y lo imposible…
Encontrando donde no estas… Queriendo lo que no puedo alcanzar.

Cambiando sangre por oportunidades…

No logro romper los grilletes del temor, ni desatarme de las cadenas de mi sufrimiento.



Cazador presa del destino.

Bajo el blanco manto que el cielo me ha heredado, cubro las cicatrices de lo que alguna vez fue belleza apreciable al ojo silvestre.
Cobijado entre la fría nieve y la tenue luz de luna, apoyo mi cuerpo, anhelando aquel descanso que no parecer llegar.
Acorralado entre las esquinas del error y los pabellones de la culpa, lanzo una mirada fiera, deseando conexión con un corazón compasivo. Solo encuentro lastima falsa y morbosidad genuina.
La potencia de mi desgastado aullido no penetra las capas del cielo. Es rechazado por el mismo viento que tantas veces lo acuno. Un viejo amigo que me da la espalda.
El fuego del orgullo no permite una despedida. El hielo de la desesperanza no permite lágrimas por derramar.

Pequeño copo de nieve… Cumple mi última petición.
Envía mi sabiduría a mis amigos… Que no sean vacías aquellas tardes de conversación.
Envía mi coraje a mi familia… Que mi espíritu siempre les llevara por la senda fuera de la tempestad.
Y envía el pequeño aliento que aun conservo de amor… Para aquellos que aun tienen algo porque vivir… Y un alguien que los espere más allá de las riveras de la pasión.
Pequeño copo de nieve… Gracias.

El silencio se apodera de este bosque oscuro y abandonado.
El último suspiro, le pertenece a quienes entrego mi alma y corazón.


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